Alcaldía de Medellín y Área Metropolitana anuncian el regreso del pico y placa desde octubre.
Será una vez cada 15 días, 1 solo dígito durante 24 horas, para todos los vehículos, incluyendo a las motos.
Esta medida, tal como la plantean, tiene poco sentido y no resolverá los problemas de congestión.
El pico y placa es un alivio provisional que no resuelve lo estructural.
El pasado lunes 17 de agosto el alcalde Daniel Quintero tuiteó que en Medellín volvía el pico y placa. A esta decisión se sumó el Área Metropolitana, por lo que la medida aplicará de manera unificada en los 10 municipios.
La congestión vehicular es un dolor de cabeza para el Valle de Aburrá. La movilidad en la ciudad está tan deteriorada que muchas personas pidieron el regreso del pico y placa, como si esto solucionara las cosas. Ante esta presión y contrario a lo que había dicho en comunicaciones previas, el Alcalde y su Consejo de Gobierno tomaron esta decisión.
El anuncio no tuvo muchos detalles y nos quedamos esperando una justificación técnica que explicara el regreso de esta medida, que tal como la plantean - o sea una vez cada 15 días para todos los vehículos, incluyendo a las motos- no tiene mucho sentido.
El pico y placa hoy es una medida obsoleta
Desde hace muchos años las alcaldías, el Área Metropolitana y la academia vienen estudiando este tema y apoyando a los gobernantes a tomar las decisiones que han considerado necesarias para enfrentar los retos de movilidad de un territorio tan particular como el Valle de Aburrá.
Precisamente el pico y placa fue una de estas apuestas. Dicha medida, implementada desde 2005 por motivos ambientales, en principio parecía útil en la medida en que descongestionaba un porcentaje del parque automotor, lo que aliviaba en parte los trancones generados en las horas pico.
Pero esta medida se convirtió en paisaje y muchos se hicieron a otro vehículo con distinta placa o cambiaron sus rutinas para evadir esta prohibición. Así, el pico y placa terminó estimulando la entrada de más parque automotor, profundizando el problema que buscaba solucionar.
En consecuencia, podríamos afirmar que el pico y placa hoy es una medida obsoleta y que por sí sola no va a resolver la congestión: hay que entender que las ciudades no logran resultados trabajando en una sola dirección.
Es muy probable que el pico y placa todo el día nos acompañe por otros 20 años
El pico y placa simplemente es un alivio provisional que no resuelve lo estructural. La problemática actual tiene muchas aristas y se necesitan múltiples medidas, que para que funcionen deben ser conjuntas y valientes.
No es solo hablar de las medidas restrictivas: es importante que las alcaldías, más que prohibir, se enfoquen en la promoción y en la construcción de infraestructura para la movilidad activa y sostenible.
Por ejemplo:
Impulsar la movilidad humana, o sea propender que para los peatones y ciclistas movilizarse en la ciudad sea más fácil y seguro.
Enfocar recursos en el fortalecimiento del transporte público.
Priorizar la movilidad eléctrica.
Avanzar rápidamente en los estudios sobre la implementación de los cobros por congestión.
Impulsar con el sector empresarial los horarios laborales flexibles, el teletrabajo y el trabajo en casa.
Revisar con seriedad la posibilidad de implementar peajes urbanos.
La implementación planeada y conjunta de estas medidas ayudaría a aliviar esta problemática. En nuestra ciudad algunas iniciativas ya se están haciendo, otras se adelantan a medias y todavía varias están por hacer.
¿Y el cobro por congestión?
El cobro por congestión es un impuesto que voluntariamente pueden pagar quienes quieran hacer uso de su vehículo en los días que por pico y placa tenga restricción para hacerlo. Hasta ahora esta propuesta está en fase de estudio y para ser una realidad deberá ser debatida en los concejos de cada municipio del Área Metropolitana.
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