El pasado fin de semana una publicación en mis redes sociales causó malestar en algunas personas en Bello; para ellas y para quien pueda interesar es el siguiente mensaje:
En mi Facebook personal hago semanalmente, y desde hace varios años, una recopilación de tuits y otras publicaciones -generalmente graciosas e ingeniosas-, que encuentro en las redes sociales y que me gusta compartir con mis amigos; esta recopilación se llama #LaSelección.
Bien sabemos que el humor es delicado y a veces puede molestar a alguien, pero también entendemos su importancia como herramienta de comunicación, su pertinencia para caricaturizar las realidades, su relevancia como instrumento de crítica o denuncia y su carácter simbólico de la libertad de expresión. El humor está ahí para hablarnos de la realidad, para retratarnos, desnudarnos, interpelarnos e incomodarnos; para reírnos de nosotros mismos, una característica esencial del humor antioqueño. Y eso me parece sumamente importante.
Por eso corro ese pequeño riesgo cada viernes al elegir el material de #LaSelección.
Allí, podrían constatarlo, encontrarán también humor sobre Medellín, el país, los políticos, la vida, la religión, el trabajo, el sexo, el amor, en fin: los temas que a mí me parecen interesantes y por los que mis amigos de Facebook visitan semanalmente este espacio.
Cuando publiqué la imagen sobre Bello no me pareció que fuera irrespetuosa ni ofensiva. Cabe aclarar, para empezar, que no es de mi autoría: la pregunta “¿a usted por qué le da pena decir que es de Bello?” la formuló unos días antes, también en Facebook, un hijo ilustre del municipio: el escritor Reinaldo Spitaletta. La respuesta me pareció ingeniosa y elegante, una forma ocurrente de encontrarle el lado bueno a una situación difícil, algo que hemos hecho durante décadas en nuestra ciudad y que considero una cualidad de la resiliencia.
Es todo. No lo hice para ofender, para señalar, para indignar. Simplemente me pareció una muestra de buen sentido del humor. Lamento que haya ofendido a algunas personas, esa no era la intención.
Daniel Carvalho Mejía
Concejal de Medellín
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