El discurso de la "ecociudad" y la protección del ambiente de la Alcaldía de Medellín se quedó en el papel: no se ven ni el interés político ni mucho menos los recursos.
Prácticamente lo único que ha hecho la administración por la sostenibilidad de la ciudad es la gestión del Metro ligero de la 80.
El ruido en Medellín cada día es peor y a la Alcaldía poco le importa el tema.
Según lo indicó el Observatorio de Políticas Públicas del Concejo, el presupuesto de la Secretaría de Medio Ambiente de la Alcaldía de Medellín (2020-2023) es el más bajo desde el 2009.
Precisamente, el 14 de julio pasado adelantamos un debate en plenaria para alertar sobre uno de los proyectos ambientales insignia en la historia de la ciudad: la protección animal. Allí indiqué lo que está sucediendo con la "ecociudad":
Grandes anuncios, pocas inversiones
Inestabilidad y mal clima laboral
Irrespeto a los procesos históricos de la ciudad en esta materia
Medellín ¿ecociudad?
La idea de la “ecociudad” fue uno de los principales temas de campaña del actual alcalde Daniel Quintero. Con este discurso fue elegido y nos hizo creer a muchos que su administración apostaría de manera decidida por una ciudad sostenible en la que el medio ambiente fuera protagonista.
En la discusión del Plan de Desarrollo exigimos más presupuesto para los temas de sustentabilidad ambiental, pues los que presentaron inicialmente estaban lejos de lo que necesita un territorio como Medellín. Entonces la administración accedió a varias peticiones del Concejo y prometió una apuesta importante para la "ecociudad".
Sin embargo ese discurso se quedó en el papel, como lo demostró Universo Centro en la investigación “Esa fachada pintada de verde”, que pueden leer dando clic aquí.
RECOMIENDO:
Avance importante del Metro ligero de la 80, ¿y el resto?
Aunque con varios reparos, prácticamente lo único que ha hecho la Alcaldía de Medellín por la sostenibilidad de la ciudad es lo del Metro ligero de la 80. Celebro este proyecto aunque es necesario poner la lupa en algunos puntos: tecnología seleccionada, reasentamiento urbano, tala de árboles, las quebradas, la no reposición del carril, etc.)
Más allá de estos avances técnicos y políticos para la nueva línea del metro ligero por la 80, ¿cómo avanza la sostenibilidad y el cuidado del ambiente y los recursos naturales en Medellín? Veamos:
Inestabilidad y mal clima laboral en la Secretaría de Medio Ambiente
Descuido de los jardines, parques y corredores verdes
Abandono de los cerros tutelares
Incremento de quejas sobre desabastecimiento de agua en Santa Elena
Insuficiente número de cuadrillas de trabajadores necesarios para hacer mantenimiento a las quebradas de la ciudad
Desfinanciación de los proyectos contra la contaminación acústica (ruido)
Hace cuatro meses el alcalde Quintero tuvo el descaro de decir en el recinto del Concejo de Medellín que la ciudad no tenía una hoja de ruta ambiental, desconociendo más de 20 años de planeación ambiental, echando al traste con el trabajo riguroso de muchas personas y ante un silencio sospechosísimo de concejales que han sido líderes en ese tema.
Y así nos encontramos hoy: muchos anuncios, poca plata; mucha propaganda, poca acción efectiva. Esto se ve materializado en la gestión y solución de uno de los problemas ambientales actuales más graves y recurrentes en la ciudad: el ruido.
El ruido en Medellín cada día es peor y a la Alcaldía poco le importa el tema
Hace poco lideré la Comisión Accidental de ruido, un tema que quedó en el Plan de Desarrollo con el objetivo de que Medellín por fin se dotara de un modelo de gestión de ruido. Allí hicimos seguimiento a las metas asumidas por esta administración y a las obligaciones derivadas del POT de Medellín.
¿Y qué nos encontramos? Que esta administración no le ha puesto un peso al tema. Para encargarse de un documento técnico le dieron 3 años a un profesional y consiguieron un practicante. Y ya. Eso es todo.
Estaré muy atento a los avances que se realicen para darle solución a esta problemática porque hasta ahora el trabajo ha sido casi nulo. Sencillamente no hay voluntad: la plata estaba en el Plan de Desarrollo y le cambiaron la destinación en el último año.
Lo más importante del valle de Aburrá es la biodiversidad
Lo más importante de este valle es la biodiversidad: nosotros nos vamos a morir, se puede acabar la humanidad y este valle seguirá siendo frondoso, biodiverso y lleno de agua. Nuestra responsabilidad es protegerlo.
Aquí recomiendo esta investigación que hicimos sobre el Refugio de Vida Silvestre Alto de San Miguel, el lugar en el que se conforma el río Aburrá/Medellín.
Como encargados de la administración de la ciudad la prioridad de cualquier mandatario debe ser cuidar los bienes comunes del territorio. Eso tendría que verse reflejado, no solo a nivel discursivo sino con plata, con recursos presupuestales y de ejecución.
La ecociudad se queda entonces en un sonoro título bajo el cual se dan grandes anuncios, se crea burocracia, pero en la realidad, en la práctica, allí donde hay que poner los recursos, esto es en las quebradas y el agua, en los cerros, en los animales y la biodiversidad, en la lucha contra el ruido, no se están viendo ni el interés político ni mucho menos los recursos.
Una vez más: mucho anuncio, poco presupuesto.
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